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Willy Quiroga: el azar y la voluntad de ser historia

Es el año 1972. Unos extraños de pelo largo con guitarras eléctricas suben al púlpito de una iglesia de la Calle Corrientes. Suenan a Black Sabbath reformulando las escrituras sagradas, pero son bien de acá: sin escalas desde Quilmes al salón de la fama del Rock Nacional.

Basal, asentado entre la guitarra de Ricardo Soulé y la batería de Rubén Basoalto, slapeando el bajo con una fuerza infatigable, vibra un joven Willy Quiroga al ritmo de Las Guerras, tercer tema de La Biblia, el primer álbum conceptual del rock argentino.

A sus intactos 82, el bajista y miembro fundador de Vox Dei se presenta en el renovado Teatro de La Moreno este sábado 12 de noviembre para celebrar los 50 años de La Biblia. Lo tuvimos en El Tiempo no para charlando sobre su pasado, presente y futuro.

Wilfrido Aníbal Quiroga es un faro. Pionero y referente indiscutible de varias generaciones de rockeros. Sin embargo, su génesis musical nada tuvo que ver con el rock ni con el bajo. Arrancó cantando todo lo que se le ponía por delante, desde folklore a tangos, hasta que en el año 57’ —por destino o casualidad— consiguió su primera guitarra: “La cambié en un bar por una botella de vino, y así empezó mi vida musical” cuenta Willy carcajeando.

En el 62’ escucha a Los Beatles y queda fascinado. Consigue las partituras y arma un grupo de covers: Los Topos. Al bajo llega por un amigo, que le regala uno bastante precario.

Pero continúa tocando la guitarra, hasta que en el 69’, ya con los Vox Dei, intercambia tácita y mágicamente puestos con Ricardo Soulé: “Almendra y Manal habían arrancado a tocar temas suyos. Nosotros queríamos hacer lo mismo. Ricardo trae un tema y me dice «hace así, asa,», pero yo no conocía los acordes. Así que agarró la guitarra y me dejó el bajo. Todos empezaron a tocar y yo dije qué hago… Desde ahí no me descolgué el bajo nunca más”.

Mucho de la historia de Willy se explica así, por el azar entreverándose con una incansable voluntad, esa que llevó a Vox Dei a irrumpir desde el Conurbano Sur con un disco conceptual que los lanzaría al estrellato: La Biblia de 1973, producido por Jorge Álvarez. Un proyecto cuya lirica tradujo las escrituras sagradas a un lenguaje moderno y les puso de fondo un rock entre progresivo y pesado, que nada tenía que ver con lo que se había hecho hasta ese momento.

“Hubo gente que se indignó, que decía que cómo nos atrevíamos a tocar una cosa tan sagrada como es la biblia. Otros daban por sentado que iba a ser una buena obra. Menos mal que no se equivocaron. Yo estoy agradecido de haber formado parte no solo de Vox Dei, si no de ese disco” dijo Willy sobre la repercusión inicial de La Biblia.

Al respecto de la procedencia quilmeña de la banda y la respuesta de la escena porteña, el bajista comentó: “Para nosotros ir de Quilmes a la Capital era como ir a la luna de rodillas. Al principio nos miraban como cosa rara, pero cuando empezaron a entender lo que estábamos haciendo nos hicimos grandes amigos y formamos una especie de familia con Moris, los chicos de Manal, Spinetta, Charly”.

También es la voluntad y la constancia lo que empuja a Willy a seguir tocando a sus 82 años. En 2021 sacó Rugido de Cien Mil Dragones, en colaboración con Chizzo Nápoli (líder de La Renga) y ahora anda yirando dando shows por todo el país, tanto con su repertorio solista como con los clásicos de Vox Dei.

Parada obligatoria será su paso por la ciudad que lo vio crecer: el sábado 12 de noviembre se estará presentando con Vox Dei en el Teatro de La Moreno de Bernal.

Las entradas se consiguen en la boletería del teatro, de lunes a viernes de 9 a 19 hs, y en passline.com.

Acá podés escuchar la entrevista que le hizo Pablo Martínez en El tiempo no para.