Por Pablo Martínez y Loreley Cavieres
Los conurbanos se empecinan en ser una diversidad de mundos en un solo lugar. Siempre hay un conurbano cerca. En Ahijuna nos pensamos contándote desde el Conurbano Sur del Gran Buenos Aires, como si fuera tan fácil delimitarlo. Pero alguna certeza tenemos.
Descendientes de pueblos originarios trasladados desde miles de kilómetros, en Kilmes conocemos bien la historia… Luego oleadas de familias llegadas en barcos, y los rostros de los países limítrofes que espesan la sangre del continente más pobre del planeta. Todos en un solo lugar y apretaditos. Quién sabe cuántos más llegarán.
Entre tanta mezcla e hibridación, surgen desde lo más profundo las preguntas: ¿Cuál es la identidad conurbana? ¿Cuáles son sus limitaciones físicas? Sabemos donde empieza, pero: ¿Dónde termina?
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“¿Empieza o termina en la General Paz? Es una discusión epistemológica, depende de la perspectiva. La mirada centralista es que empieza en la General Paz, porque el origen de todo es CABA. Pero puede ser al revés” planteó en diálogo con Ahijuna Diego Flores, integrante de The Walking Conurban (TWC), una cuenta de Instagram que comenzó como repositorio entre un grupo de amigos que tenían un hobby: recorrer y fotografiar desde Berazategui al más allá.
¿Dónde está el más allá? Diego dice en Cañuelas. Ese es el otro límite que, sin embargo, es posible que en el futuro sea conurbano: “Lo mismo sucederá con Luján imagino. No se pueden fijar límites porque estamos en permanente expansión”. TWC se expande a la par: ahora, con más de 300 mil seguidores que acercan sus postales diarias, realizan exposiciones colaborativas. Durante este octubre sus fotografías formaron parte de la muestra “Conurbano metafísico” en la Universidad Nacional de Quilmes.
Gustavo Demartin, docente y organizador del evento habla del conurbano como espacio de creación, reflexión y resistencia, donde las universidades juegan un rol clave: “Han adoptado la identidad conurbanense, no niegan el territorio y conectan con ella. Mientras, desde los medios masivos de comunicación, hay una especie de estigmatización permanente. Nosotros tomamos esa estigmatización y la transformamos en cultura de la más sofisticada, mostrando que no solamente podemos, sino que creamos”.
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“Cuando invitas a alguien a Ezpeleta das indicaciones. Cuando alguien te invita a Villa Crespo, asumen que vos ya sabes. Es como que hay que explicar al conurbano, contar su secreto para la gente que no va. En ese orden discursivo se explican muchos de los prejuicios que lo rodean” continuó discurriendo Diego Flores, en la tónica de abordar con hondura y vuelo filosófico cuáles son los imaginarios que se construyen alrededor del conurbano bonaerense.
Junto a sus compañeros de TWC encara su proyecto más ambicioso hasta el momento: los jueves a las 22hs se emite por Canal Encuentro “Universo Conurbano”, con la conducción de Pedro Saborido, otro experto en la temática. A propósito del programa, el guionista y humorista recorrió durante este mes las ferias del libro de Berazategui y Florencio Varela, dando charlas con inmensa creatividad, dando la pauta de que, al conurbano, ese lugar donde se vive, se viaja y se crea, “hay que aprender a amarlo, porque nos enseñan a despreciarlo. Ser protagonistas, porque si no, si se es espectador, simplemente se está abandonado a las decisiones del centro… de los centros”.
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El conurbano nos cruzó, fuerte y abajo, y se los contamos desde Radio Ahijuna, para el Expreso FARCO.